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Experiencias mediadas

                     Entre la arquitectura y  el cine siempre ha existido un vínculo donde uno refuerza al otro, para los menos expertos plasmar en una imagen lo deseado. Exponer como la complementación entre cine y arquitectura, genera sistemas o métodos de diseño es el objetivo de la tesis de Mariana Ortiz creando así una arquitectura cinematográfica o cine arquitectónico.

                 

                      En un discurso siempre hay un emisor y un receptor, el humano para contemplar o disfrutar. La experiencia espacial requiere de movimiento o acción y depende de la dimensión temporal, en otras palabras el tiempo que el humano contempla y como lo utiliza. Esto presenta la necesidad de la interacción del humano en el lugar, por lo cual sin esta interacción no hay cine ni arquitectura. La interacción y el humano hacen estas dos disciplinas reales. Con más tecnicismos la realidad del cine depende de un simulador con el cual el humano interactuará, donde se podrán materializar las diferentes experiencias espaciales. En la arquitectura el simulador es el “cajón” o contenedor donde simulara el recorrido y en este recorrido ocurrirá la trama o interacción del humano. La realidad cinematográfica es o puede ser una narrativa de fantasía o híper-realidades, un conjunto de escenarios trastocados. Se podría mencionar a George Melier o el duo de Ridley Scott y Philip K. Dick.

 

                        Hablando de dependencias, para la resolución de la presentación surgió la contestación “la cámara”, probablemente Zahn en 1685 no se imaginaba de lo que sería predecesor. La cámara paso a ser una de las herramientas del diseño paramétrico, como un soporte de precisión. Y en cine lograr capturar la realidad autónoma. Por otra parte la invención florentina hace seis siglos volvió a innovar en la arquitectura a través del cine. Dándonos la posibilidades ilimitadas, y facilidad de la manipulación para nuestro agrado estético de una realidad autónoma. Peter Greenaway fue uno de los ejemplos de vincular las dos disciplinas, donde las pantallas simbolizan cine y la perspectiva arquitectónica donde hace referencia a la realidad aumentada. La realidad aumentada puede ser la respuesta a la condición de muchos edificios en el entramado urbano con fachadas estéticas. Podemos citar a la cultura mexicana y podría decirse el problema de no poder ver una fachada vacía o simplemente estética. Cuando este fenómeno se presenta ocurre un intercambio constante de información a lo cual Mariana Ortiz se refiere a intercambio entre realidades supuestas. ¿Cómo puede ocurrir esto? Con la aplicación de la tecnología de comunicación, los monitores o pantallas, estos permitirán el flujo constante de información variada.

 

                       Ya establecido un trasfondo y la relación entre cine y arquitectura, como parte de una metodología se idéntica los elementos que comparten entre sí. Estos elementos se dividen en familias; la representación, la imagen y la narrativa. Para el objetivo cine arquitectónico o arquitectura cinematográfica, siempre deben existir las tres familias. La falta de una seria una experimentación que poner en prueba. Dentro de estas familias existen una serie de elementos que nos permite y facilita el análisis y las posibilidades de oportunidades. La representación se lleva a cabo como alusiones reales o semejantes a esta, la imitación. Los elementos principales en esta familia son: realidad: experiencia, lenguaje: código y pastiche: referencia. La imagen es la materialización de espacio, tiempo y movimiento donde se pueden manipular a gusto los elementos compositivos como: espacio: contenedor, tiempo: cambio, movimiento: flujo, luz: proyección, cámara: figura humana, y montaje: morfología. La narrativa como organizador de secuencia es probablemente la pieza fundamental para que ocurra el cine y la arquitectura. La cual conforman dos elementos particulares: genero: orden y relato: trama. Con estas categorías idealizadas y un significante, se hace facilita la materialización de la formula.

 

                        Ortiz luego de materializar los elementos que cada cinematógrafo y arquitecto manipulan implícitamente, propone utilizar la metodología cinemática “Storyboard” para diseñar. Es cierto que un diseñador toma toda decisión existente en un producto, pero, ¿realmente lo hace con toda intensión? O ¿la costumbre lo lleva a un proceso donde los elementos están implícitos y puede perderse intensión o producto en el camino? La intensión de este método es reconocer, controlar todo lo escogido. ¿Cómo se hace esto? Con la selección y construcción de una narrativa donde las familias siempre están conscientes y escudriñadas.

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